
Él suelos sódicos son bajos en sales solubles, tienen más del 15% de iones de sodio, mantienen baja permeabilidad, no favorecen el crecimiento de las plantas porque son muy alcalinos.
Los suelos sódicos no deben considerarse suelos salinos. El problema es que el complejo de intercambio de estos edafotaxa tiene altos niveles de sodio.
Como resultado, su estructura puede considerarse inestable en términos físicos. Por lo tanto, tienden a desmoronarse y agrietarse rápidamente cuando se secan. Por el contrario, si están húmedos, se hunden al colapsar su estructura (compactación).
A medida que se endurecen, comienzan a impermeabilizarse, lo que aumenta la escorrentía superficial. Este último transportará arcilla, materia orgánica y nutrientes en suspensión, reduciendo aún más su idoneidad para la producción agrícola.