Suelos salinos

Suelos salinos

Él suelos salinos tienen un alto contenido de sales solubles, que aumentan la presión osmótica y dificultan la absorción de agua por parte de las plantas. Recibe el nombre de álcali blanco porque a veces forma costras blancas de sal.

Los suelos salinos son aquellos que contienen un exceso de sales solubles, producido por el uso de agua salina para el riego o por el afloramiento de sales del subsuelo, que puede producirse cuando se riega una finca.

Los efectos de la salinidad en las plantas son de dos tipos:

Por un lado, aumenta el potencial osmótico de la solución del suelo y las plantas necesitan más esfuerzo para absorber agua. Por otro lado, ciertos iones: sodio, cloro y boro, absorbidos en exceso, producen efectos tóxicos.

La salinidad del suelo o la cantidad de sales en la solución del suelo se mide por la conductividad eléctrica del extracto de saturación (ECes). El sodio, que hace que las arcillas se dispersen, se valora por el porcentaje de sodio intercambiable (PSI).

Con base en estos parámetros, los suelos se clasifican en:

  • Suelos salinos CEes > 4 dS/m
  • CEes suelos sódicos 15%
  • Suelos salino-sódicos ECes > 4 dS/m y PSI > 15%

Para recuperar estos suelos, sigue estos pasos:

  • En suelos salinos, que frecuentemente presenten una costra blanca de sales pero cuya estructura no se vea afectada, se realizará un lavado de las sales que contengan. Los lavados se utilizan para reducir la salinidad inicial (lavados de recuperación) o para evitar que el suelo vuelva a salinizarse (lavados de mantenimiento).
  • En suelos sódicos se añadirán enmiendas que aporten calcio (yeso o fosfoyeso) o ácidos (azufre o ácido sulfúrico).
  • En suelos salino-sódicos se realizarán dos operaciones: la primera, la adición de un mejorador, que aporta calcio para desplazar el sodio, y la segunda, un lavado para eliminar el sodio por capas.