Cuáles son las virtudes teologales:
En el cristianismo se denominan virtudes teologales al conjunto de valores y actitudes que permiten al ser humano acercarse a Dios y relacionarse con él. La observancia de las virtudes teologales favorece la práctica de virtudes cardinalespor lo tanto, se complementan entre sí.
Esto se basa en la segunda carta del apóstol Pedro: «Con ellos [Dios] Él nos ha dado las más grandes y preciosas promesas, para que por ellas participen de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4).
Desde el punto de vista de la teología cristiana, las virtudes teologales se inspiran en la comprensión del ser humano por el Espíritu Santo, que capacita a las personas para actuar como “hijos de Dios”.
Las virtudes teologales fueron resumidas por San Pablo en el Escribo a los Corintios: “En pocas palabras, ahora hay tres cosas: la Fela esperar y la caridadpero la mayor de todas es la caridad” (1 Corintios 13:13).
Estas serían algunas de las primeras formulaciones teológicas del carácter fundante y animador de las virtudes teologales en la experiencia cristiana.
Véase también Virtudes cardinales.
Fe
La fe es creer en Dios y tener confianza en su revelación. Esto presupone, por tanto, la apertura espiritual necesaria para poder reconocer la manifestación de Dios en la vida cotidiana y en la comunidad de los creyentes, es decir, en la Iglesia.
La Catecismo de la Iglesia Católica define la fe como “la virtud teologal por la cual creemos en Dios y en todo lo que él nos ha dicho y revelado” (artículo 1814).
Como acto de confianza en la verdad revelada, la fe anima a la acción concreta según los principios espirituales inspirados por Dios y motiva a profesarla abiertamente, es decir, a testimoniarla y difundirla.
Véase también Fe.
Esperar
La fe da esperanza. La esperanza es la espera confiada en el cumplimiento de un cierto horizonte que, en el caso de la teología cristiana, se refiere al cumplimiento de las promesas de Jesús: el reino de los cielos y la vida eterna, sobre cuya base el cristiano se guía espiritualmente.
La Catecismo de la Iglesia Católica sostiene que la esperanza “corresponde a la aspiración a la felicidad puesta por Dios en el corazón de todo hombre” (artículo 1818).
L’espérance, animée par la foi, permet à l’être humain de s’engager dans les changements nécessaires pour construire le royaume de Dieu, ainsi que de trouver un sens au travail, la force d’affronter les difficultés et la patience d ‘esperar.
Véase también Esperanza.
Caridad
La caridad (amor) es el centro del corazón cristiano. La fe y la esperanza se expresan plenamente allí y, en consecuencia, ordena y articula todas las virtudes.
La caridad (amor) se define como la virtud que permite amar a Dios por encima de todo y, en nombre de este vínculo, amar al prójimo como a uno mismo. Sus frutos son alegría, paz y misericordia.
Esto corresponde al mandamiento fundamental que Jesús comunica a sus apóstoles: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, así también os améis unos a otros” (Juan 13:34).
Para el Apóstol San Pablo, la caridad es la más importante de las virtudes teologales, como se puede ver en el siguiente versículo: «Aunque repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres y entregara mi cuerpo al fuego, si no lo amare de nada me sirve» (1 Corintios 13:3).
Ver también:
- Caridad.
- Pena.