Libertad sexual

libertad sexual

Te explicamos qué es la libertad sexual y cuál es su significado jurídico. Además, los derechos sexuales y la importancia de cada uno.

¿Qué es la libertad sexual?

En términos jurídicos, hablar de libertad sexual se refiere a la capacidad de autonomía y autodeterminación sexual que poseen los individuoses decir, la libertad de elegir y explorar libremente la propia sexualidad, sin más límites que el respeto a la libertad de los demás.

Implica el poder de elegir libremente compañeros sexuales, hacer y rechazar propuestas libremente y seguir una tendencia sexual determinada en todo momento, sin que ello de lugar a persecución, estigmatización social o profesionalo algún otro tipo de consecuencias negativas.

La libertad sexual es común a todos los seres humanos y se expresa en una serie de derechos sexuales fundamentales, que tienen que ver con la disposición del cuerpo. Esto puede entenderse como el ejercicio de dos formas de libre albedrío, como lo expresó el jurista y filósofo Norberto Bobbio en relación a las libertades humanas:

  • libertad positiva o libertad de la voluntadlo que en este caso se traduce en la libertad de tomar decisiones sexuales en base a la propia voluntad y actuar en consecuencia.
  • Libertad negativa o de actuarlo que se traduce en este caso en la libertad de hacer o no hacer (omitir) lo que uno quiere hacer, sin que un tercero pueda influir en ello.

Más simplemente, las libertades sexuales permiten al individuo disponer libremente de su cuerpo y de su deseo sexual, pudiendo así actuar en consecuencia o no actuar en absoluto, siempre que respete las libertades de los demás.

Por otra parte, el término libertad sexual suele utilizarse con especial referencia a las mujeres, los homosexuales y los transexuales, entendidos como categorías sexuales desfavorecidas en las sociedades comunes, cuya idea del sexo gira en torno a la satisfacción masculina.

Es por ello que muchos colectivos y activistas feministas han enarbolado la bandera de la libertad sexual, argumentando que las conductas sexuales que se aprueban y exaltan en los hombres, en cambio, se sancionan y recriminan en las mujeres.

Sin embargo, la libertad sexual no debe confundirse con el amor libre, ni con la promiscuidad sexual, ni con una determinada práctica sexual. Es un concepto legal. Tampoco debe confundirse con la revolución sexual vivida en Occidente a mediados del siglo XX, en gran parte gracias a la aparición de las píldoras anticonceptivas.

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Derechos sexuales

Los derechos sexuales son los que se derivan de la libertad sexual, es decir, los que permitir que las personas elijan, expresen y experimenten libremente su sexualidad, sin afectar negativamente otros aspectos de tu vida. Es decir, a no ser discriminado por razón de orientación sexual.

Estos derechos se presentan generalmente junto a los derechos reproductivos, particularmente en lo que se refiere a la situación de las mujeres, y están consagrados en numerosos tratados internacionales, como los Principios de Yogyakarta, cuyas normas en esta materia rigen en Naciones Unidas y sus distintas dependencias, así como en su Consejo de Derechos Humanos.

Los derechos sexuales se pueden resumir de la siguiente manera:

  • Derecho a la vida y protección contra el odio y la violencia. Esto implica que los Estados deben investigar y combatir activamente los delitos de naturaleza sexual, como los feminicidios y los delitos transfóbicos. También deben educar a su población para mitigar la expresión de odio hacia los demás con base en su comportamiento sexual.
  • Derecho a la libertad de asociación, libertad de expresión y no discriminación. Asimismo, el Estado debe garantizar a las personas la libertad de expresión y asociación independientemente de su orientación sexual o identidad de género, y que se les debe garantizar la igualdad ante la ley, como cualquier otro ciudadano.
  • Derecho a la vida privada y familiar. Así como la intimidad y la privacidad de todos son dignas de respeto, también lo son todas las personas con una orientación sexual no tradicional, es decir, homosexuales, transexuales, personas intersexuales, etc. Esto es especialmente cierto cuando se trata de intimidad sexual: las preferencias sexuales de alguien no son asunto tuyo.
  • Derecho a la salud y la educación. Las preferencias o tendencias sexuales nunca deben ser motivo para excluir a una persona de los sistemas de educación y salud necesarios para su formación como persona y la protección de su salud. Asimismo, se debe garantizar a cada individuo la información necesaria para su bienestar sexual y reproductivo.
  • Derecho al placer sexual. Toda persona, independientemente de su sexo u orientación sexual, tiene derecho a disfrutar y practicar libremente su sexualidad, siempre dentro de los límites impuestos por el respeto a las libertades y el bienestar de los demás. En ningún caso su orientación o identidad podrá ser motivo para sufrir violencia sexual de ningún tipo, como humillaciones, violaciones y agresiones físicas o psicológicas.
  • Derecho a la identidad y autonomía sexual. La identidad sexual, la orientación sexual y el género de las personas no deben ser motivo de burla y estigma social, que las obligue a vivir en la clandestinidad. Toda persona debe poder asumir su identidad sexual y tomar sus decisiones sexuales de manera autónoma y responsable, sin temor a represalias morales o sociales.

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Referencias

  • «Libertad sexual» en Wikipedia.
  • «Derechos sexuales» en Wikipedia.
  • «Libertad sexual» en el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico de la Real Academia Española.
  • “Declaración de los Derechos Sexuales” en el Ministerio de Salud de Costa Rica.
  • “¿Qué y para qué son los derechos sexuales y reproductivos? en la Fundación Huésped (Argentina).
  • «Libertad sexual (principio)» en Encyclopaedia Britannica.