Clientes impacientes

El cliente impaciente. Estos clientes dicen que tienen prisa aunque solo puede ser una apariencia, por esta razón, el vendedor debe mostrarles que valoran su tiempo presentando su producto o servicio rápidamente, siguiendo un orden lógico preestablecido con el que es posible resaltar Las ventajas del producto.

Suelen estar nerviosos y miran continuamente el reloj.

El cliente impaciente parte de la premisa "Estoy bien, estás equivocado"; difícil de complacer, exigente, agresivo, impaciente, dominante y con una expresión facial rígida y severa.

Use frases como "debe hacerlo …", "para eso está aquí", "siempre", "nunca", etc.

Tiene movimientos bruscos, usa ropa extravagante y objetos que llaman la atención. Para tratar con este tipo de cliente, debe hacerlo a través de la cooperación, escucharlo, aclarar la tarea, preguntarle si puede servir en otra cosa.

Cuando surge la necesidad de formar una línea mientras se espera un servicio, un pago o la compra de un producto, hay clientes que analizan la instalación y la longitud de la cola y finalmente deciden irse sin atreverse a formar parte de la línea, este comportamiento se llama rechazo; Si bien hay otros que llegan, analizan la situación, deciden unirse a la línea y después de un cierto período se van, este comportamiento se llama abandono.

Un cliente impaciente que espera puede optar por retirarse, de esta manera tiene un cliente arrepentido que no decide ingresar al sistema, o un cliente que abandona el sistema antes de ser atendido.

En general, un cliente es impaciente ya que tiene una idea a priori del nivel de calidad del servicio, ya sea que tenga razón o no, siempre se acerca al servicio vinculado a ciertos prejuicios. Esta es la razón por la cual la comunicación entre el proveedor y el cliente es importante y puede influir mucho en usted.

Una de las soluciones que generalmente se ponen en práctica para resolver la impaciencia es tratar de influir disminuyendo las expectativas de los clientes y luego sorprenderlos gratamente al proporcionar el servicio.

Esto puede considerarse un error, ya que es tan perjudicial aumentar las expectativas como reducirlas. Una promesa que aumenta dramáticamente las expectativas del cliente conduce a la decepción y, a menudo, a la pérdida final del cliente.

Es preferible que una empresa prometa algo que realmente puede ofrecer para no dejar al cliente insatisfecho, porque algo más perjudicial que tener clientes impacientes es volver impaciente a aquellos que no lo estaban.

Lo mejor en estos casos y lo más recomendado es tener en cuenta el comportamiento, que es lo que más cuenta para el cliente, en este sentido es importante inspirar confianza, ya que atraerá un impacto positivo.

Bibliografía.

Parreño, Josefa. Dirección comercial: los instrumentos de marketing.